Subir al Ocejón

Cada rincón, cada región, cada país o cada cordillera tiene su montaña emblemática. Muchas lo serán por su altitud, excesiva para el resto de los mortales; otras lo serán por sus singularidades, belleza, ubicación, lejanía de algún lugar habitado o incluso por su soledad y característica. Y este es el caso del cerro que nos ocupa, el pico Ocejón, que con 2.048 metros no es la montaña más alta de Guadalajara, pero sí es la más sugestiva y la más adecuada para pasar un día de campo.

La cumbre más alta de Guadalajara es el pico del Lobo, que marca el límite entre Segovia y Guadalajara, con 2.272 metros. Se trata de una montaña de ascenso asequible, quizá algo largo (unas tres horas de caminata). Pero desde su cima se divisan bellos parajes tanto de Guadalajara como de la hermana provincia segoviana. Se puede ascender bien desde la estación de esquí de La Pinilla o bien desde el puerto de la Quesera. En un punto intermedio, los dos caminos se unen hasta la cima. Un segundo cerro, mucho más bajo que el anterior, es el Santo Alto Rey, con apenas 1.840 metros. Hay otro pico, el de las Tres Provincias o Cebollera Vieja, de 2.123 metros, situado en Somosierra y lindero entre las provincias de Segovia, Madrid y Guadalajara. Su subida no entraña gran dificultad.

El pico Ocejón ha sido rebautizado en los ambientes montañeros como el “Cervino Alcarreño”. Desde la lejanía, aparece como una montaña solitaria, puntiaguda y escarpada. Parece dificultosa de ascender, casi impone. Nada de esto es cierto. El Ocejón es la montaña guadalajareña más coronada en los últimos años. No hay fin de semana que su cumbre no sea hollada por exploradores deseosos de disfrutar de una jornada montañera, muchos de ellos procedentes de puntos muy distantes de la geografía nacional.

Quien desee llegar a la cima del Ocejón puede hacerlo desde dos itinerarios, tomando como puntos de partida las localidades de Valverde de los Arroyos o Majaelrayo.

Iniciando nuestro camino desde Valverde de los Arroyos pasaremos junto a la plaza del pueblo, aprovechando el momento para llenar nuestra cantimplora con agua de la fuente, ya que después no dispondremos del líquido elemento. Seguiremos por la cuesta que sale a nuestra derecha y que sube a la era desde la que podremos contemplar una hermosa vista de la silueta del Ocejón. Justo allí, junto a un monolito de piedra, parte el camino de subida que debemos seguir. Está señalizado de blanco y rojo y corresponde a la senda GR-60 que lleva hasta Majaelrayo. A unos 800 metros de las eras, encontramos una desviación. Hay un poste indicándola: el camino de la izquierda conduce a la base de las Chorreras de Despeñalagua, nosotros continuaremos por el de la derecha que empieza a ascender.

A unos quince minutos desde la salida, el caminante atraviesa un arroyo que baja de Las Piquerinas. Poco después llega a un balcón natural desde el que divisará las Chorreras de Despeñalagua en todo su esplendor. El camino no tiene pérdida, ni descanso, porque sigue subiendo. Atravesamos uno de los arroyos que nutre las chorreras. Y aquí es donde se desvía el GR-60. Para subir al Ocejón, hay que seguir de frente. Poco después se cruza un segundo arroyo y, llegando al pinar, el tercero. La senda, no tiene pérdida, sigue subiendo por el nevero del Ocejón. Allí veremos postes de señalización que la remarcan. Aproximadamente en una hora se llega hasta el collado del Ocejoncillo, y de allí hasta la cumbre del Ocejón apenas median 20 minutos. El itinerario puede culminarse tanto en el vértice geodésico como en el mojón cimero situado en la otra cumbre.

Desde la cima se pueden disfrutar de unas vistas espectaculares de la provincia. También de las tierras de Soria, con los Picos de Urbión, el Moncayo y la sierra de Guadarrama de fondo.

La otra opción para abordar el Ocejón parte desde Majaelrayo. Iniciaremos el camino en la plaza de la iglesia. Callejeando, llegamos a la salida del caserío. Tomamos el sendero que sale junto a una casa rural. Está perfectamente señalizado con un indicador y unas marcas blancas y amarillas. La senda asciende lentamente. En unos 15 minutos llegamos a un arroyo, que se debe sobrepasar cruzando el puente. El camino asciende, entre un impresionante robledal, camino de la Peña de Bernardo, a la que llegaremos en una hora. Desde este lugar, ideal para hacer un receso, parte una senda empinada que nos lleva al Collado Perdices.

El viajero puede ver en este punto la placa que el Club Alcarreño de Montaña dedicó a Jesús García Perdices, su primer presidente y fundador. Una vez en el collado, caben dos opciones: descender al nevero y subir por el camino que viene desde Valverde o seguir por la cresta del Ocenjoncillo. Siempre recomendamos subir por el nevero. Aunque es un poco largo y pesado, está más protegido de los fríos vientos que encontramos en la cresta y, además, desde este punto el viajero puede plantarse en la cumbre en unos 45 minutos. El descenso hay que hacerlo por la misma ruta, pero a la inversa.

El ascenso al Ocejón, por cualquiera de los dos itinerarios posibles, supone también un subterfugio no sólo para disfrutar de la naturaleza, sino para adentrarse en los vericuetos de la Arquitectura Negra y saborear la rica gastronomía de la comarca. Tanto en Valverde como en Majaelrayo hay varios restaurantes muy recomendables y con una buena relación calidad-precio.

NOTA: Acercándose estas fechas navideñas, el Club Alcarreño de Montaña organiza, el domingo anterior a Nochebuena, este año el 22 de diciembre, la tradicional subida Navideña al Pico Ocejón, con misa en la cumbre, villancicos y ambiente montañero-navideño.

Del libro 101 cosas que hacer en Guadalajara

Por Raul Conde y Angel de Juan

Puedes escucharnos en nuestra charla en EsRadio Guadalajara y Alcarria TV

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