Senderismo en la «Isla Bonita» (La Palma)

Seis días de senderismo en la «Isla Bonita»

Para muchos siempre es un dilema aquello de: «estas vacaciones, mar o montaña», otros se lo plantean más fácil, o mar o montaña, o simplemente se quedan en casa.
En mi caso, este año no ha habido dilema, por un lado he tenido unos días de playa, pero también de montaña y de senderismo. Me había planteado unas vacaciones tranquilas en plan playa, volviendo de nuevo a Lanzarote y de paso visitar Fuerteventura; pero al comentar este tema con un amigo tinerfeño que reside en la isla, me propuso visitar La Palma «la isla bonita» y dedicar mis vacaciones al senderismo y también a la playa.

El Charco Azul

El Charco Azul

Me convenció y de ello me alegro. Comencé a mirar en Google las posibilidades de La Palma para la práctica del senderismo y me di cuenta que tenía infinitas, encontré una página de turismo en la que se publicitaban todos los senderos oficiales de la isla (los dos GR´s y numerosos PR´s y diversos locales). Me animé y fui a la agencia a contratar mi viaje.
Mientras pedí por mail el envío del libro «Red de senderos de La Palma».

Una semana antes de partir recibí el citado libro y me dispuse a seleccionar un mínimo de ocho rutas que podría hacer (iba a estar 7 días, pero quería tener alguna de reserva).
Y llegó el dia de la partida, la maleta pesaba mil demonios entre ropa, mochila, botas, cantimploras, etc. y pensaba que en el avión me iban a hacer pagar suplemento, pero no fue así y embarqué en Barajas el dia 6 de septiembre en un Airbus de Iberia camino de La Palma.

Al desembarcar en el pequeño aeropuerto palmeño noté un calor húmedo que recorrió todo mi cuerpo, pero realmente no me importó, sabía que tenía seis días para recorrer la isla y bañarme en alguna playa. Recogí el coche que tenia contratado en la empresa de alquiler y fui a mi hotel que está en la zona de Los Cancajos a unos 10 minutos de la terminal. Dediqué la tarde a la playa y a la piscina y a tomar alguna cerveza y programar la primera salida.

Primer día: «El Cubo de La Galga». No sé por qué lo llaman así pero el nombre me pareció curioso

Caminado por el Cubo de La Galga

Caminado por el Cubo de La Galga

Llegué a la pequeña localidad de La Galga para iniciar la ruta justo en el lugar que indicaba el libro. Una paisana, muy amable, me indicó que mejor fuera al centro de interpretación para comenzar la ruta desde este punto. Allí me dirigí y el vigilante me dio todas las informaciones necesarias, hasta un sencillo folleto con un pequeño plano dibujado a boli. Comencé mi andadura por una pista asfaltada ascendiendo, poco a poco comenzaba a sudar, a los pocos minutos ya tenía la camiseta totalmente mojada en sudor pues había un grado de humedad del más del 90%.

El asfalto terminó y se convirtió en pista, poco después terminó la pista y comenzaba una senda estrecha entre eucaliptos y rodeados de un impresionante bosque de laurisilva. No sé porque pero aquello me recordó a las «corredoiras gallegas» pero en el trópico. Por una esforzada senda llegué al impresionante mirador de Somada Alta donde la neblina había desaparecido y delante de mis ojos tenía una hermosa vista de una buena parte de la isla y un poco más al fondo la silueta del padre Teide en Tenerife.

Continúe mi camino para buscar una senda que nuevo me metía en el bosque de laurisilva y terminé en el mismo lugar donde había aparcado el coche, impresionado todavía por el bosque por el que había caminado.

Para terminar la jornada fui en busca de una de esas piscinas naturales que a uno le quita el hipo, el «Charco Azul», un lugar poco conocido, donde disfruté de un baño, una buena comida y un merecido descanso del primer día.

Segundo día: Los Nacientes de Marcos y Cordero

En los Nacientes de Marcos

En los Nacientes de Marcos

Esta era otra ruta de las que tenía previsto realizar. Tras desayunar en el hotel y hacerme un pequeño bocadillo cogí el coche por carreteras sinuosas hasta el centro de visitantes de Los Tilos donde iniciaría mi marcha. El guarda me recomendó comenzarla en otro punto y hacer la excursión en sentido descendente porque había mil metros de desnivel.

Para ello debería de ir en taxi hasta la Casa del Monte; me comentó que había varias personas esperando a un taxi para compartir y allí conocí a una pareja de Patones, que junto con otros compañeros de viaje compartimos el taxi hasta la Casa del Monte donde iniciamos la marcha. Cada grupo iba por su cuenta y yo partí el último, tranquilo y pausado por una senda teniendo a mi izquierda una acequia por la que corría un buen y reguero de agua.

Poco después de empezar atravesé el primer túnel, luego el segundo y así hasta trece túneles, unos mas largos que otros y a cual más interesante. El túnel doce fue el más espectacular, son casi 500 metros de oscuridad acompañado de una pequeña linterna y por el que corría un importante reguero de agua que me obligó a caminar en cuclillas por el borde de la acequia. Al final, la sorpresa, había que mojarse para salir a la superficie, una cascada interior rezumaba agua. No importaba, una vez fuera el calor y el sol nos secaría.

Los Nacientes de Marcos

Los Nacientes de Marcos

Al finalizar este túnel aparecen las cascadas del Naciente de Marcos en un lugar impresionante de extraordinaria belleza. La senda asciende y llegamos al último túnel y al Naciente de Cordero. Desde aquí, acompañado de la pareja de Patones, se nos une una pareja tinerfeña que andaban un poco perdidos y los cinco descendimos por un espectacular barranco hasta el final de nuestra ruta.

Para rematar visita fui a contemplar una de las cascadas más bonitas que he visto, la Cascada de los Tilos y que acompaño en este artículo. Tras comer, casi a las 5 de la tarde, mi pequeño bocadillo, me encamino al hotel, baño en la playa, luego en la piscina y una cerveza fresca en la terraza del hotel.

La Cascada de los Tilos

La Cascada de los Tilos

Tercer día: Subida al Pico Bejadano (1.852 metros)

Pico Bejadano (1.852 m)

Pico Bejadano (1.852 m)

Para llegar a este cerro tenía previamente que solicitar un permiso de aparcamiento en el Mirador de la Cumbrecita.

El día amaneció soleado y muy bueno para caminar; primero pasé por el Centro de Visitantes del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente para validar el permiso y ascendí en el coche hasta el mirador. Unas fotos, preparar el equipo, un poco de crema por la cara y los brazos y me puse a caminar en una ascensión fuerte en los primeros metros por el gran desnivel.
La senda está perfectamente marcada y señalizada. Cuando llevaba casi una hora de caminata por la senda llega a mi altura una pareja vasca que también se dirigía a la cumbre, les pregunté si podía acompañarles y juntos intentamos llegar al Bejadano.

Cuando nos quedaba poco para hacer cumbre llegó la niebla y lo cerró todo, apenas teníamos visibilidad. En estos sitios te recomiendan que no camines con niebla pues es fácil perderse. Hicimos caso a la recomendación y renunciamos a la cumbre. Los tres descendimos al Mirador de la Cumbrecita y charlando nos dimos cuenta que compartíamos el mismo hotel, lugar en el que durante las siguientes jornadas compartíamos nuestras experiencias del día.

Con la Caldera de Taburiente

Con la Caldera de Taburiente

Día cuarto: Por el GR-131. Desde el Pico de la Cruz (2.351 m) hasta el Roque de los Muchachos (2.426 metros)

La Caldera de Taburiente

La Caldera de Taburiente

Quería realizar una ruta por toda la cresta que rodea la famosa Caldera de Taburiente y antes de definir la ruta pregunté en Centro de Visitantes cual era el mejor itinerario para hacer la cresta de la caldera. El guarda me recomendó llegar hasta el Pico de la Cruz e iniciar allí el camino hasta el Roque.

Le hice caso y ya por la mañana partí del hotel y después de llenar de gasolina el depósito del coche inicié una larga subida por una carretera muy sinuosa hasta las cercanías del Pico de la Cruz, deje el coche aparcado al lado de la carretera y me encaminé hasta el GR-131 que discurre unos centenares de metros cerca de mí.

Una vez en el GR gire a la izquierda y llegué hasta el Pico de la Cruz para iniciar el recorrido, tras la fotos y disfrutar de las vistas retrocedí por el mismo camino hasta el primer collado e inicié mi ruta hasta el Roque de los Muchachos.

He de decir que el sendero está perfectamente marcado y señalizado y que no hay posibilidad alguna de perderse. Subida, bajada, de nuevo otra subida, otra nueva bajada y llegué al Mirador de los Andenes, un regalo para la vista y ya la subida definitiva al Roque de los Muchachos, pasando por los diversos observatorios astronómicos que allí tienen su sede.

El Roque de los Muchachos

El Roque de los Muchachos

Como ya era tarde y tardaría unas dos horas largas en llegar al coche, decidí preguntar a algún turista, que hasta el mirador suben en coche, si me podían llevar hasta el mío. Encontré a un matrimonio catalán con dos niños que amablemente me acercaron, les di las gracias y continuaron su camino.

Yo regresé a mi hotel, de nuevo me esperaba un reconfortante baño en la playa y otro en la piscina, acompañados de la obligada cerveza fresca.

Quinto y último día en La Palma: Ruta de los Volcanes (desde Los Canarios hasta la el faro de Fuencaliente por el GR-131)

El volcán de San Antonio

El volcán de San Antonio

Esta ruta me la remendaron los amigos vascos que conocí en la ruta al Pico Bejadano y que compartíamos el mismo hotel. Me recomendaron que la mejor manera de hacer la ruta era dejar el coche en el faro de Fuencaliente, coger una guagua (así es como llaman los isleños a los autobuses) y subir hasta Los Canarios para iniciar el descenso por el GR-131. Me advirtieron que llegara antes de las 9,30 de la mañana, pues poco después pasaba el autobús y si lo perdía tardaría dos horas en coger de nuevo el siguiente.

Partí muy de mañana del hotel en un día nublado, con algunas nieblas pero con buena temperatura, hice caso a mis nuevos amigos y deje el coche junto al faro y esperé a la guagua que fue puntual, así se lo hice saber al conductor y por serpenteantes carreteras llegué a mi destino. El chófer me dejó junto a la oficina de turismo donde aproveché para pedir información.
La amable señorita me recomendó no dejar de visitar el Volcán de San Antonio y después el del Teneguía, el último volcán que en los años 70 entró en erupción.

El Teneguia

El Teneguia

El GPS me indicó la ruta a seguir y me encaminé al Centro de Visitantes del Volcán de San Antonio (632 metros). Recorrí las crestas del volcán y continué mi camino descendiendo por el GR-131. Llegué a una ancha pista y tras casi tres kilómetros me desvié por otra pista para llegar hasta el Volcán Teneguía (427 m). Seguí la recomendación que me habían hecho y ascendí hasta su cumbre para contemplar las vistas que desde allí tenia: Tenerife con el Teide y las islas de La Gomera y El Hierro. Intenté por un momento imaginarme las terribles explosiones en la erupción del Teneguía en ese lugar solitario, hubiera sido emocionante.

Descendí y continué mi camino hasta el faro, pasé por un paisaje desértico y volcánico con grandes piedras a ambos lados del camino que supuse eran bombas lanzadas por el volcán. Y en algo más de hora y media, a paso tranquilo y sin prisa llegué al final de mi camino, al faro y playa de Fuencaliente. Allí en un restaurante decidí comer y continuar luego hasta Tazacorte para bañarme en su playa.

Faro de Fuencaliente

Faro de Fuencaliente

Mi viaje a la «Isla Bonita» había concluido, al día siguiente, sábado, tomaba un avión que me llevaría a Tenerife Norte para estar unos días alojado en Puerto de la Cruz y aprovechar a ver a mi amigo tinerfeño.

Ya conocía la isla pues había estado dos años antes, y decidí acercarme al Teide por intentar de nuevo subir a la cumbre más alta de España, no tenía permiso, intente sacarlo en repetidas ocasiones desde la web pero ya estaba cubierto el cupo para todo septiembre y octubre. En el centro de visitantes del parque nacional una amable señorita me recomendó no intentarlo, porque si no tenía permiso, no me dejarían subir y era una tontería gastarse el dinero en el funicular.

Ella misma me recomendó una bonita ruta por la zona, subir al Alto de Guajara (2.718 m). Me dio un pequeño plano y las explicaciones, recomendándome partir desde las instalaciones del parador del turismo.

Alto de Guajara (2.718 m)

Alto de Guajara

Alto de Guajara

Inicie mi camino por una senda que discurría por el fondo de las Siete Cañadas hasta una pista, la seguí y en un par de kilómetros la abandone por una senda que me subiría hasta la Cogallada del Guajara para buscar ya una senda que me subiría en algo más de una hora hasta la cumbre del Guajara donde pude disfrutar de unas maravillosas vistas del Teide y las cañadas mientras degustaba un rico bocadillo de jamón y queso que me supo a gloria.

Ya en el descenso me entretuve en leer los diferentes paneles informativos en el que pude saber que en el Guajara se dieron los primeros pasos para la observación astronómica en España.
Fueron días de descanso, pero también de hacer y disfrutar con lo que a uno le gusta, andar y recorrer caminos, hacer senderismo y disfrutar de la montaña en un paraíso, en las Canarias, prometo volver.

El Teide

El Teide

Angel de Juan