Al Peñalara, la cumbre más alta de Madrid

Bella vista de la mole del Peñalara

Bella vista de la mole del Peñalara

Casualidades de la vida, ayer decidí subir de nuevo al Peñalara, de 2.428 metros y haciendo frontera entre la Comunidad de Madrid y la provincia de Segovia, pues bien, también ayer se conmemoraba el quinto aniversario de la creación del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama en el que está enclavada esta cumbre. Una declaración, al día de hoy, con muchos claroscuros y que remito al lector al artículo firmado por Alfredo Merino en El Mundo y publicado precisamente este domingo: Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama: cumpleaños con polémica. Dentro de este parque nacional se incluye el Parque Natural de la Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara, conocido comúnmente como Parque Natural de Peñalara.

Mirador de la Gitana

Mirador de la Gitana

Seguro que una buena mañana para caminar y al despertarme pronto decidí salir a la montaña. Hacía tiempo, varios meses, que no subía al Peñalara y pensé en llegar de nuevo hasta su cumbre.

En coche el tramo es largo desde Guadalajara, algo más de cien kilómetros, pasando primero por las cercanías de Madrid, bordeándolo por la M-40, luego seguir por la carretera de Colmenar Viejo y una vez subido el puerto de Navacerrada, giro a la derecha para encarar la carretera que lleva al puerto de Cotos. Un amplio aparcamiento, el sol empezaba a calentar; crema solar en las partes más expuestas al sol e inicié el camino de ascenso. Una vez cruzada la carretera hay un caminillo hecho de tablas de madera que termina en un centenar de metros en el camino principal del parque. Dejo atrás la caseta de la guardería y gracias a la sombra del frondoso pinar se camina muy bien. Cuando la cuesta se empina, se queda a la izquierda la fuente Cubeiro, que en esta época del año ya no tiene agua y un poco más adelante llego al Mirador de la Gitana. Tiene una brújula metálica, para que el visitante conozca e identifique las cumbres que se divisan: La Najarra, Asómate de Hoyos, Bailanderos, las Cabeza de Hierro: la Mayor y la Menor, el Guarramillas o Bola del Mundo donde se asienta el famoso repetidor de televisión, con sus laderas preparadas para el esquí en la estación invernal de Valdesquí, etc. También hay un reloj de sol.

El Peñalara con la Hermana Mayor

El Peñalara con la Hermana Mayor

Ya en el camino y pasada una curva a la izquierda, se encuentra la caseta del Cobertizo del Depósito y desde aquí por unas escaleras, arranca la senda que rodea todo el Circo de Peñalara, pasa cerca de la Laguna Grande y llega hasta las Cinco Lagunas, en especial la de los Pájaros, pero esto da para otra ruta.

Sin embargo, para ascender al Peñalara, hay que seguir de frente por el camino ancho. Enseguida comienzan las famosas zetas y poco a poco noto que me cuesta respirar y mis piernas en algún momento flojean. Decido hacer varias paradas para descansar y tomar aire.

Vista del Peñalara

Vista del Peñalara

Una de las mejores vistas del macizo del Peñalara se encuentra en una amplia curva y ya estoy a unos 2.100 metros de altura, con las vistas de toda la sierra y el valle del Lozoya. Un video y unas fotos son la excusa perfecta para descansar unos minutos. Continuo la subida, ya no hay sombras, aprieta el calor y los chorretones de sudor descienden por la cara.

No pasa una hora desde que comencé a andar cuando termino de ascender y llego junto a la Hermana Menor, a 2.271 metros. El camino aquí se suaviza y mis piernas lo agradecen, a lo que aprovecho para descansar unos minutos y beber agua. Ligeras subidas y alguna bajada. Me cruzo con bastante gente que ya baja de la cumbre, otros me adelantan o yo mismo les adelanto y con paciencia y buena letra encaro la última parte de la subida dejando atrás a la Hermana Mayor de 2.280 metros. Tardo como media hora y ya veo la cumbre y el vértice geodésico. Dejo a la derecha el monumento al Club Alpino Peñalara y en un par de minutos toco el monolito y ya estoy en la cumbre. No hace ni frío ni calor, la temperatura es muy buena y arriba habrá una treintena de personas.

Las tierras de Segovia desde la cumbre

Las tierras de Segovia desde la cumbre

El paisaje es espectacular, en una mirada de 360 grados se dominan muchos kilómetros a la redonda: Abajo, mirando al oeste están las llanas las tierras de Segovia con la ciudad castellana en primer término, aunque también se llega a ver y muy claramente, los jardines de la Granja. Hacia el norte diviso toda la cuerda de Guadarrama, con Claveles, un poco más allá el Nevero, Crecientes y el Puerto de Malagón, el Reventón, la Sierra Carpetana, Somosierra y a lo lejos se divisa el Cebollera Vieja o Tres Provincias y al fondo el Pico del Lobo. Si el día hubiera estado más claro se llega a ver hasta el Ocejón. Luego observamos El Porrejón y la Peña de la Cabra y un poco más a la derecha las cumbres de La Najarra, Bailanderos, Asómate de Hoyos, Cabeza de Hierro Mayor, Cabeza de Hierro Menor, la Bola del Mundo y La Maliciosa. Después el puerto de Navacerrada, Siete Picos, Montón de Trigo, la Pinajera y la cuerda de la Mujer Muerta, La Peñota y Abantos a lo lejos.

Y debajo de nuestros pies, en lo más profundo de la sierra, transita el AVE que llega al norte de España.

En la falda del Peñalara, pero no se ve, se encuentra la Laguna Grande, que bien merece un paseo. En un principio decidí verla e iría hasta ella por otro camino.

Cumbre del Peñalara

Cumbre del Peñalara

Tras tomar un ligero tentempié y después de las fotos, inicié el regreso de vuelta por el mismo camino. Pasé junto a las Hermanas y el collado que desciende y por las zetas con ayuda de los bastones hasta una curva donde está el cruce que lleva hasta el refugio de Zabala y a la Laguna Grande y regresar al puerto por otro camino; miré el reloj y vi que se me había hecho un poco tarde, por lo que decidí hacer este itinerario en otro momento.

Descendiendo el calor ya apretaba justo cuando se llega a la zona sombreada de los pinares que en pocos minutos me llevaron hasta el puerto de Cotos y como había que comer algo, pedí un bocadillo de tortilla y una cerveza y me lo comí sentado en una terraza en la Venta Marcelino, me supo a gloria y posterior regreso a casa.

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