De Ocentejo al Hundido de Armallones, una experiencia senderista tras el confinamiento

El confinamiento provocado por la pandemia del COVID-19 nos ha traído otra manera de entender la vida y también del senderismo. Tras más de dos meses y medio sin poder salir para la práctica del senderismo llegó el día en la FASE1 en la que se ha podido realizar, pero siempre siguiendo las directrices de las autoridades sanitarias que marcan para el desarrollo de esta actividad

Invitados por la empresa Natural Mountain, la nueva marca de la Cooperativa Guadalajara Rural Viva con amplia experiencia en diferentes actividades de naturaleza y turismo activo, un reducido grupo de periodistas y senderistas fuimos invitados a realizar una actividad para dar a conocer sus nuevos. Habían preparado un recorrido circular de unos 14 kilómetros partiendo de Ocentejo y visitar el Hundido de Armallones y las Salinas de la Inesperada.

Israel Cogolludo fue el encargado de guiar a este grupo de intrépidos senderistas y periodistas por las sendas y camino del Alto Tajo. El punto de inicio fue en la pequeña localidad de Ocentejo, a los pies de su pequeño castillo liliputiense, que más bien debió de ser en tiempos una torre vigía de origen árabe.

Tras dejar atrás el cementerio, parte una agradable senda que asciende por el Barranco del Berrocal y que discurre por los restos de un viejo camino carretero, aun bien conservado en pequeños tramos, con sus vueltas y revueltas.

Israel, como buen guía, hizo varias paradas para dar las oportunas explicaciones de la flora y de la fauna de entorno (nos cruzaron una pequeña manada de jabalíes). Tras casi una hora llegamos a lo alto de la meseta para llegar a la fuente del Hocino con un buen chorro de agua y especialmente refrescante, ya que el calor comenzaba a apretar.

Continuamos la ruta siguiendo sendas y caminos hasta encontrarnos con la línea de un tendido eléctrico que la seguimos hasta las cercanías del otero de Canales donde giramos al sur para seguir por un buen carril que nos llevó al viejo y derruido almacén de sal, pasando antes por un palomar que fue construido hace unos años y que aún no ha entrado en servicio.

Este viejo almacén servía para guardar la sal que los trabajadores, ayudados por caballerías, subían hasta aquí, salvando un desnivel de unos 250 metros desde la orilla del Tajo. Junto a la edificación, y bien señalizado, arranca la senda de descenso que lleva hasta las Salinas de Inesperada; el paisaje ya empieza a ser espectacular. Desde las alturas, como si fuéramos buitres que sobrevuelan la zona, oteábamos un Tajo esplendido, un valle verde y al que se le nota que la primavera le ha sentado bien. El río tenía buen aporte de agua.

En un rápido descenso de algo menos de media hora nos topamos con los restos de viejo edificio, del que quedan solo cuatro paredes y los restos, entre maleza, de las viejas piscinas donde de evaporaba el agua salada.

Volver a las Salinas de la Inesperada me recordó la historia sobre la construcción del viejo transbordador, historia que esta publicada en este mismo blog y que les conté a mis compañeros de ruta, ya que alguno no la conocía.

Comer a la orilla del río, oyendo el discurrir del agua o a los pájaros cantar en animada tertulia, fue un rato agradable que todos disfrutamos.

Terminada la sobremesa continuamos nuestro camino siguiendo la pista que nos devolverá a Ocentejo, para previamente internándonos en el Hundido de Armallones y admirándolo en toda su belleza.

Aunque no tenía agua pudimos ver los Ojos de la Carquima que es una impresionante cascada, al otro lado del río, que ser forma tras intensas lluvias.

Poco a poco llegamos a la última revuelta, justo encima donde el rio se encajona con grandes bloques de piedra caídas de la ladera y al que obligan a serpenteándolas cuando algunos intrépidos piragüistas se atreven a pasar por el angosto tramo del río.

En la última parte del recorrido, el guía nos llevo de vuelta a Ocentejo por una senda que asciende hacia el monte, no ganando demasiada altura que nos permite observar todo el valle y llegar a nuestro punto de inicio.

Después, una animada charla comentando las experiencias del día y vuelta a casa tras a ver pasado un día de senderismo.

Para aquel que quiera tener experiencias en un medio natural, con todas las garantías, les recomendamos participar con alguna empresa de turismo activo, como es el caso Natural Mountain, quienes ya tienen es su web un amplio catálogo de actividades para las próximas semanas.

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2 Respuestas

  1. Toñi Ibáñez dice:

    Si no cruzaron el rio, vieron el Hundido pero no estuvieron en el, esta al otro lado, en Armallones

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