Burgos: Agua en multitud de cascadas

Orbaneja del Castillo

Aprovechando el largo puente de Semana Santa, el senderista busca explorar nuevos lugares fuera de la geografía provincial. Este año, aprovechando que la última parte del invierno había sido no solo lluviosa sino también con abundantes nevadas, decide ir a la provincia de Burgos a conocer y recorrer las muchas cascadas que asolan la parte norte de esta provincia castellana, en concreto en la comarca de Las Merindades.

El campamento base lo establecemos en el Hotel La Alhama a escasos dos kilómetros de Medina de Pomar y muy cerca del cauce del río Trueba; es un pequeño hotelito que ya conocía y regentado por un  matrimonio encantador, conocedores a fondo de la comarca y perfectos informadores de turismo.

Burgos y en concreto Las Merindades dan para mucho y cuatro días se quedan muy escasos, por eso recomendamos volver en sucesivas ocasiones, tal y como lo ha hecho este senderista. Y una de las cosas que atraen de esta comarca son las infinitas cascadas que podemos descubrir. Muchas de ellas apenas son localizables y visitables, porque se encuentran en lugares recónditos y de difícil acceso y otras, algunas más que otras, son bastante accesibles.

La primera cascada visitada fue la de Orbaneja del Castillo. No se encuentra propiamente en Las Merindades, pero es quizás una de las más bonitas de toda la provincia burgalesa; el agua sale a borbotones de la Cueva del Agua excavada en la pared rocosa que rodea el pueblo en la parte superior y desciende rápidamente, dividiendo el pueblo en dos, hasta cruzar la carretera y dejar sus aguas en el cercano río Ebro. Quizás la vista más bonita de la cascada es desde la parte de abajo junto a la carretera y sobre el puente que lo cruza. Para seguir conociendo Burgos y el cañón del Ebro, recomendamos visitar la localidad de Pesquera de Ebro, con su bella iglesia. De ahí a Medina de Pomar una buena carretera por el puerto de La Mazorra.

Salto del Nervión

Salto del Nervión

Amanece un nuevo día y sale bueno y soledado, decidimos visitar la cascada más espectacular de todas las y seguramente  la más visitadas de toda la provincia de Burgos: el Salto del Nervión, situado en la parte norte de la provincia, lindando con la de Álava y en el camino al puerto de Orduña. La cascada o el salto se encuentra en uno de los hayedos más espectaculares de la provincia, el Monte Santiago que tiene la protección de monumento natural.

Desde la entrada, donde hay una caseta, parte una pista forestal que lleva hasta las casas del salto y a un centro de interpretación; hay varios aparcamientos, aunque en días como estos están saturados. Para el que le guste practicar senderismo, junto a la entrada principal hay una senda que en cuatro kilómetros, por un hayedo espectacular que nos lleva al borde del precipicio y el mirador para observar el salto. Este del Nervión, con doscientos metros de caída y uno de los más altos de Europa, es difícil verlo en toda su plenitud, pues su caudal depende de dos factores principales: la lluvia, que ha de ser abundante y el deshielo de las nevadas. Sobre el acantilado hay un amplio mirador para ver la cascada y si hay suerte y el día es ventoso, observaremos como el agua no llega al final de la caída ya que el viento lo bambolea y crea un bonito espectáculo.

Cascada de San Miguel

Cascada de San Miguel

Aprovechamos para visitar más cascadas. Cerca del Puerto de Peña Angulo en la carretera que va a Balmaseda y a Bilbao, junto al primer túnel hay un aparcamiento para dejar el coche y en un par de kilómetros se llega hasta cerca de la Cascada de San  Miguel; pero realmente desde donde mejor se observa es siguiendo la carretera que desciende desde el puerto donde hay un par de lugares para parar y observar la majestuosa cascada.

Siguiendo un poco más por esta carretera, a la derecha, parte una carretera estrecha que en unos cinco kilómetros nos lleva a la Cascada de Peñaladros; está perfectamente indicada y no tiene pérdida, además hay sitio para aparcar. Es una cascada que se nutre de las aguas del río San Miguel, el mismo que hemos visto en la cascada anterior. En el Valle de Mena, sobre el río Hijuela se encuentran las cascadas de Irús. Para llegar a ellas hay que llegar a la pequeña localidad de Irús y situarse junto a la iglesia de donde parte una calzada romana que por un bosque frondoso y en unos dos kilómetros nos lleva las cascadas; podemos buscar una sendita que baja al fondo del barranco a la base de los dos saltos. El Valle de Mena nos depara una nueva sorpresa: dos bellas y pequeña iglesias románicas situadas en un privilegiado lugar.

Las Pisas

Las Pisas

Seguimos vistando las cascadas y chorreras de Las Merindades. Nos vamos a Las Pisas; para visitarla hay que llegar a Soncillo y desde aquí parte una carretera local que nos llevará hasta Villabáscones de Bezana; a la entrada del pueblo hay un aparcamiento. Desde la iglesia parte la senda que sigue el GR-85, está señalizado,  y que recorre Las Merindades. Caminamos por un profundo hayedo y a un kilómetro escaso se encuentra la pequeña cascada del arroyo de Las Canales. Poco después hay un desvío de una senda que baja al río de la Gándara, podemos seguir por ella o por el GR en un cuestarrona que al llegar arriba se separa de nuestro camino y tendremos que descender para cruzar el río por una pasarela de madera y en un centenar de metros llegamos a la Cascada de Las Pisas sobre el río de La Gándara, es quizás una de las más bonitas y espectaculares de todas las visitadas. Merece la pena estar un buen rato disfrutando de este espectacular salto de agua.

Cerca de la localidad de Puentedey, el pueblo se haya situado sobre una oqueda por la que discurre el río Nela, se encuentra la cascada de La Mea. Para llegar a ella hay que seguir por una senda que sale desde la carretera y en apenas 300 metros llegamos al fondo de un pequeño anfiteatro rocoso muy karstificado por el que se descuelga el agua. Es posible pasar por debajo de ella por un camino que sigue la roca de la cual cae el agua.

Descubimos otra bella cascada, la del Peñón en el pueblo de Pedrosa de Tobalina sobre el río Jerea. El agua salta en un ancha cascada y podemos verla bien desde un amplio mirador y luego descender a la parte inferior para tener otra perspectiva de esta cascada doble. El agua se precipita por una veintena de metros formando al final una piscina natural. Aún quedan muchas más cascadas y saltos de agua tan espectaculares y sorprendentes como los que hemos indicado, pero para despedirnos dejamos para el final las cascadas de Tobera, muy cerca de la localidad de Frías.

Junto al pueblo de Tobera se han creado unos aparcamientos y muy cerca de allí sale una itinerario recomendado y marcado para visitar las tres cascadas seguidas por las que precipita el agua del río Molinar. Un puente de hierro nos cruza al otro lado y una pasarela nos lleva a un mirador para observar la primera cascada. Descendemos por unas escaleras y junto a un puente vemos otra pasarela que nos lleva a la base de la segunda cascada. Regresamos al citado puente y al otro lado vemos la parte superior de la tercera cascada y callejenado llegamos a su base y vemos como cae el agua.

Aunque nos hemos salido fuera de nuestro entorno, hemos visitado unas espectaculares cascadas, que seguramente no tiene nada que envidiar a las que tenemos en Guadalajara como la de Despeñalagua en Valverde de los Arroyos; la del Gollorío en el barranco del río Dulce; la de la Escaleruela en el Alto Tajo, que este año si tiene agua; la de Aguaspeña en Checa y la del Salto de Poveda también en el Tajo, pero estas de Burgos son cascadas que también merecen nuestra atención.

Sobre estas cascadas burgalesas hay mucha información, recomendamos: Sendas de Burgos Orbaneja del Castillo Turismo de Burgos: El Monte Santiago Turismo de Burgos: Cascadas Senderos de Las Merindades

Galería de Fotos

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